28 junio, 2010

Las despedidas


¿Cuál es la mejor forma de despedir a una de las mentes más lúcidas del siglo XX y los pocos años del XXI?

En el caso del escritor portugués, José Saramago, la mejor opción es leyendo sus obras maestras, porque eso son. Exquisitos manuales de reflexión sobre la humanidad, sobre lo que hacen las mujeres y los hombres (con más ímpetu) para destruirse unos a otros.

Saramago tuvo lo que se ha ido perdiendo: HUEVOS. Para decir las verdades incómodas, señalar a los responsables, para hacer pensar a las personas (a las que se dejaran) y para cuestionar las estupideces que, constantemente, hace y repite el ser humano.

Su actitud fue la de no ignorar, porque siempre esa es la posición más cómoda. Mirar hacia otro lado. Lo difícil es mojarse y cuestionar.

En noviembre anterior, tuve (en primera persona, por suerte) la posibilidad de escucharlo y verlo explicar por qué él escribía. Su conclusión fue sencilla: “Yo no escribo para agradar, yo escribo para desasosegar”. (Madrid, 11 noviembre de 2009)

Con esa frase resumió su verdad. Este razonamiento es útil para todos sea un médico, un conductor de autobús, un actor, un economista, un enfermero o un trabajador de la construcción.

Hay que despertarse y cuestionar siempre la realidad en la que se vive. No aceptarla sin más, sin abrir los ojos.

No somos ovejas destinadas a un matadero, con el futuro asignado desde el nacimiento.

23 marzo, 2010

La creación: Crisis financiera VII


El séptimo día. El sino. Para intentar solucionar un problema es necesario que haya realmente un interés en resolverlo.

La mayoría de propuestas sobre la mesa se plantearon cuando el ambiente estaba caliente. Las pérdidas millonarias y el fantasma de la bancarrota aún rondaban a muchos bancos.

Sin embargo, una vez que el dinero ha empezado circular de nuevo, la urgencia ha ido desapareciendo. Ciertamente, no es fácil imponer límites a un sector caracterizado por ser liberal y con muchísima influencia política.

Pero la regulación y la intervención -obviamente la no engorrosa- del Estado en el sistema financiero son necesarias porque los intermediarios (bancos, cajas de ahorro, empresas financieras, etc) tienen una responsabilidad frente a sus clientes, al administrar el dinero o sus pensiones, más allá del lucro para el cual fueron creadas.

22 marzo, 2010

La creación: Crisis financiera VI


El sexto día. La parálisis. Pese a las grandes y majestuosas cartas de buenas intensiones, la realidad es que pocas de las acciones correctivas se han realizado.

Las primeras que se han implementado son las de contenido más populistas: limitación de los salarios y regalías de los directivos bancarios.

Sin embargo, las relaciones con el fondo de la crisis y la generación de la misma no se han debatido en ningún Congreso o Senado. La especulación financiera aún es parte de la realidad de la mayoría de los países.

Los principales promotores del cambio, Sarkozy, Brown, Obama o Zapatero están inmersos en otras agendas nacionales y han dejado de lado la regulación financiera.

Igual ha ocurrido con la FED y el Banco Central Europeo. Una vez que la economía ha empezado a salir, lentamente, del bache se han postergado las reformas que pregonaban una mayor intervención estatal.